ESGUINCES Y DISTENSIONES

¿Qué es un esguince?

Tanto en deportistas como en no deportistas, los esguinces son una de las lesiones más comunes en nuestra población, pudiendo darse en cualquier articulación móvil de nuestro cuerpo, siendo más comunes los de tobillo, rodilla y muñeca.

La lesión realmente se da en el tejido ligamentoso de la articulación tras una distensión violenta por excesivo estiramiento, torsión o rasgadura, lo cual provoca dolor lacerante e inevitable hinchazón en la zona periarticular.

¿Qué tipo de esguinces existen?

Los esguinces se clasifican en función del grado de distensión o la gravedad de la lesión.

  • Grado I: En los esguinces de grado I no se produce rotura de fibras del ligamento, por lo que tan solo se siente una punzada leve de dolor y pequeño hematoma en la zona afectada, por lo que se podrán realizar movimientos normales aún con leve dolor.
  • Grado II: En este caso se ha debido producir una rotura parcial de los ligamentos implicados, causando un dolor más intenso que puede llegar a limitar los movimientos de la propia articulación, y la inflamación suele ser mucho más importante.
  • Grado III: Los esguinces de grado III implican una rotura total del ligamento, cursando dolor muy intenso localizado y un gran hematoma en toda la zona implicada. Además, en este tipo de esguinces, suele aparecer una inestabilidad muy evidente de la articulación.

¿Cómo te ayudamos desde Fisioterapia Origen?

Una vez diagnosticado el esguince comienza el proceso de recuperación, que variará en función de la gravedad de la lesión.

En Origen valoramos individualmente cada caso, proporcionando así un tratamiento personalizado que se adapte a cada lesión.

Realizaremos un trabajo global que se basará en la disminución del dolor y el edema en un primer momento.

Proporcionaremos movilidad a la articulación afecta con el fin de recuperar el rango de movimiento.

Ayudaremos al fortalecimiento de la musculatura implicada, factor importante para la recuperación de las lesiones ligamentosas, restaurando la fuerza de antagonistas y agonistas mediante ejercicios terapéuticos con trabajo isométrico, concéntrico e incluso ejercicios excéntricos para proporcionar mayor tensión a la acción muscular. Recuperaremos la propiocepción, que es la cualidad que nos permite conocer la posición de cada parte de nuestro cuerpo, el equilibrio y los cambios que se producen a nivel muscular durante los estados estáticos y en movimiento.