OSTEOPATÍA

La osteopatía es una medicina alternativa en la que un osteópata detecta, trata y previene problemas de salud tratando la musculatura, articulaciones y tejido conjuntivo del paciente. Las técnicas y tratamientos son totalmente manuales, no invasivos y se basan en una visión global (holística) del cuerpo humano donde es importante la buena integración y función correcta de todos los sistemas.

En otras palabras, la osteopatía ve al paciente desde todas las perspectivas posibles, evaluando todos los sistemas del organismo (musculoesquelético, articular, nervioso, digestivo, endocrino, etc), sin centrarse únicamente en el tejido lesionado. No se enfoca en tratar el síntoma, sino en la alteración que lo ha provocado.

¿Cuándo recurrir a la Osteopatía?

La Osteopatía es una especialidad con la que se puede trabajar desde las patologías más simples como un esguince de tobillo hasta las lesiones más crónicas que se han sometido a varios tratamientos sin resultados, diagnosticando y tratando desde otro enfoque.

Al ser una disciplina principalmente manual, se puede aplicar en personas de todas las edades, con enfermedades diversas, sin riesgo de producir complicaciones o respuestas adversas al tratamiento. En muchos casos la osteopatía da solución a problemas complicados cuyo tratamiento no es atribuible en primera instancia al tratamiento fisioterapéutico, como por ejemplo cuadros de estreñimiento, problemas hormonales, etc.

¿Qué aplicaciones tiene la osteopatía?

La Osteopatía tiene amplias aplicaciones y pueden tratarse diversas patologías:

  • Patologías osteo-articulares y musculoesqueléticas, como, por ejemplo, esguinces, tendinopatías, patología muscular.
  • Alteraciones digestivas como por ejemplo hernias de hiato, reflujos esofágicos, restricciones viscerales, etc.
  • Patología nerviosa: cefaleas, migrañas, vértigos, trastornos del sueño, etc.
  • Problemas respiratorios, a través del tratamiento del diafragma y la caja torácica.
  • Desórdenes ginecológicos y obstétricos.
  • Trastornos pediátricos como plagiocefalias, tortícolis congénita, etc.
  • Tiene un efecto sobre el estrés y el estado anímico, al poder influir sobre el sistema límbico.

¿Qué beneficios tiene la osteopatía?

Los beneficios de la Osteopatía son numerosos.

Mejoramos el sistema musculoesquelético mediante el tratamiento de las zonas de tejido blando, como son músculos, tendones, ligamentos y fascias. Con técnicas miofasciales, de presión o de deslizamiento se consigue la relajación del tejido blando, favoreciendo el alivio de alteraciones como las tendinitis, los espasmos musculares, puntos gatillo miofasciales, etc.

La osteopatía tiene un efecto en el control de la postura, corrigiendo mediante estímulos los desequilibrios posturales que causan o favorecen en muchas ocasiones la aparición de patologías.

Tiene un efecto sobre el sistema respiratorio, mejorando la dinámica de la caja torácica y la funcionalidad del diafragma, un músculo que está constantemente trabajando y cuyo trastorno puede dar lugar a un sin fin de problemas corporales. Por tanto es útil en enfermedades respiratorias como el asma, las bronquitis, la EPOC, etc.

La osteopatía trata también las vísceras digestivas que, a veces, entran en disfunción debido a la mala alimentación, el sedentarismo y la falta de actividad. Ayuda a regular su función y conseguir que trabajen de manera correcta. Además, las vísceras pueden generar dolores referidos a otras zonas del cuerpo; por ejemplo, el intestino grueso da dolor referido a la zona lumbar, por tanto el tratamiento del intestino aliviará automáticamente el dolor lumbar.

Muy importante también es la influencia que tiene la osteopatía sobre el sistema nervioso, tanto a nivel central como periférico, y sobre el sistema autónomo y motor. Con esto conseguimos que todas las estructuras del organismo estén bien inervadas y por ende su función sea óptima. Al actuar sobre el sistema nervioso autónomo y el sistema límbico mejoramos los niveles de estrés, que con frecuencia son agravantes o perpetuadores de muchas dolencias.

La osteopatía tiene un peso importante en cuanto a la prevención de enfermedades, ya que corrige múltiples disfunciones que, de no poner remedio, pueden acabar convirtiéndose en lesiones, más difíciles de tratar y con peor pronóstico. Por ejemplo, una hipomovilidad (déficit de movimiento) de una o varias vértebras dorsales pueden causar una hipermovilidad (exceso de movimiento) en las vértebras cervicales. Al moverse más las vértebras cervicales, pueden generar con el tiempo problemas como artrosis o hernias, que a su vez pueden generar cervicobraquialgias, mareos, etc. Corregir esa hipomovilidad dorsal a tiempo nos ayuda a prevenir alteraciones en el futuro.

La Osteopatía funciona, por tanto, respetando y facilitando la autorregulación del organismo en cualquier patología y no tanto en hacerlo dependiente de soluciones puramente externas o pasivas, como es la utilización, a veces excesiva, de medicamento y lo hace con la aplicación de técnicas manuales dirigidas a los tejidos identificados como patológicos en el diagnóstico funcional osteopático.

Es una técnica muy recomendada para pacientes que ya han sido sometidos a otro tipo de tratamientos sin obtener buenos resultados. Es un método de trabajo poco invasivo, que mediante técnicas manuales puede ayudar en la prevención y el tratamiento de patologías de distinta índole, mejorando la calidad de vida del paciente.